El paraíso está en México
1968 fue un año histórico no solo para México sino en general para el mundo, diferentes movimientos políticos, artísticos y culturales detonaban revoluciones que cambiarían para siempre el futuro y destino de los países y las personas.
Nuestro país no era la excepción y mientras en el centro el movimiento estudiantil convulsionaba a la capital, en el Sur el Banco de México buscaba nuevas maneras de atraer hacia el país, inversiones que detonaran el potencial turístico que en ese entonces se encontraba focalizado en destinos como Acapulco.
Tomando en cuenta clima, temperatura del agua y belleza escénica, un grupo de economistas impulsados por el banco de México recorrieron entonces los 17,702.784 kilómetros de costas mexicanas para buscar el lugar más paradisíaco para desarrollar el turismo y generar así un mayor impulso económico. Los datos recaudados por este grupo alimentaron una computadora que marcó un hito histórico al transformarse en la primera del mundo en seleccionar el lugar dónde se desarrollaría un centro turístico, por supuesto había algo que ninguna computadora ni miembro de INFRATUR podrían haber previsto, el grandioso éxito económico que significaría la creación de este destino dentro de lo que, años más tarde en 1974, se convertiría en uno de los estados más jóvenes en México: Quintana Roo.
DEL OLVIDO A LA MODERNIDAD
Así las aguas que un día navegara Sir Francis Drake fueron tomadas en cuenta tras siglos de ser ignoradas, y lo que hoy conocemos como el “Caribe mexicano” fue considerado por primera vez tierra de oportunidades, más tarde un Estado (y no solo como un territorio federal) y finalmente un paraíso turístico y comercial sin precedentes en nuestro País.
El nuevo proyecto rápidamente atrajo atención e inversión internacional y de manera casi inmediata, vinieron aeropuertos, carreteras, puertos y hoteles y se elevó la oferta turística del país a un nivel superior, grandes hoteleros y tour operadores internacionales pusieron sus ojos en el novedoso territorio hasta transformarlo en el fenómeno que es hoy: un destino con 4 millones de visitantes al año y con una oferta para todos los gustos y bolsillos.
EL FUTURO ES HOY
Cancún es hoy en día un lugar que afronta retos y metas no solo en términos de un destino turístico sino además como creciente urbe; miles de personas llegan cada año buscando nuevas oportunidades y transforman día a día la identidad de una ciudad viva y en movimiento, cada uno de nosotros arrastra desde su lugar de origen, formas, colores, cultura, sabores y tradiciones que van dando a Quintana Roo, pero sobre todo a la zona norte del estado, un rostro joven, donde la cultura maya se encuentra con los restaurantes Argentinos, donde se comen panuchos y salbutes yucatecos, pero también carnes en su jugo típicas de Jalisco, donde se puede caminar por las calles y escuchar 4 idiomas en unos metros y donde la modernidad se encuentra con el pasado en forma de ruinas o museos Mayas.
Es Cancún entonces, un territorio de aventura, quizá no como los exploradores españoles del siglo XV o los piratas británicos del XVI, pero definitivamente en un tono más moderno en el que día con día se crea la identidad de una ciudad pequeña pero cosmopolita y que crea a su paso nuevas tendencias y una identidad única e irrepetible.