Oasis jazz u festival – Latin fusion: Homenaje a Paco de Lucía
Por: Lydia Cacho
El 26 de febrero de este año, con tinta negra se escribió en un documento hospitalario de Cancún, México, el nombre con el que había nacido Francisco Sánchez Gómez el 21 de diciembre de 1947 en Algeciras, España. Hace más de un lustro, Lucía, su madre, le besaba en la frente luego de que su padre pasara horas practicando la guitarra con un Francisco de diez años que después cambiaría su nombre artístico en honor a su madre, nadie imaginó que décadas después Paco (el hijo) De Lucía, constituiría su hogar en el Caribe Mexicano.
Todo ese día de febrero de dos mil catorce, en su total desolación entre el mar y el cielo, frente a la muerte inesperada las palabras y notas iban y venían, unas más certeras que otras. Lo verdadero es que Paco de Lucía había muerto en el Caribe mexicano, su corazón se detuvo. Sus amistades comenzamos a hablar, supimos entonces, mientras embalsamaban el cuerpo del amigo, que su mujer y sus hijos habrían de llevarlo para ser enterrado al lado de sus padres en Algeciras; que no había vuelos y teníamos que esperar, en una suerte de limbo emocional, tres días para que llegase a su tierra natal. Fue entonces, en esa mañana calurosa y opaca, que pensamos que durante esos días en que parecía que el espíritu de Paco se resistía a partir de México, deberíamos de reunir a todos sus amigos, a las bailaoras y los guitarristas, a los percusionistas, acordeonistas y los cajoneros, a sus alumnos y amigos, a sus colegas, comadres y compadres. Tocaremos tres días y sus noches hasta que se vaya en paz de la mano de su duende; y luego volveremos a cantarle al amigo que se fue, nos dijimos inundados de melancolía. Las voces que querían estar presentes pidieron que tomásemos más tiempo para honrar al amigo como debía ser; entonces su compañero guitarrista y amigo de la vida, Juan D’Anyélica, trabajó de la mano del equipo de producción del Oasis Jazz U Festival para invitar a quienes debían acompañarnos en esta celebración de la vida de Paco. Gabriela, su viuda ha participado emocionada en este proceso.
Cada pueblo encuentra la manera se despedir a sus muertos, algunos les lloran desgarrados, otros les lanzan al mar en una balsa iluminada de fuego. Este pueblo mexicano, cosmopolita y a la vez terruño enclavado en la selva entre pirámides mayas y manglares, que era también el pueblo de Paco, canta, toca el caracol de mar, recita y habla con sus difuntos. Aquí todavía se respira su presencia. En esta aldea de marineros y buscadores de historias, de ciudadanos del mundo, le rendimos homenaje para acompañar su partida.
Escribió Fernando Pessoa que el arte tiene valor porque nos saca de aquí. Así vivió Paco, intentando salir de un mundo difícil, de la política rapaz que le disgustaba tanto, del dolor de los otros que le ponía a desgarrar la guitarra para espantar el horror de los abusos; de la muerte de los amigos que le dejaba devastado. Paco, al salirse de ese mundo soez y superficial, caminaba descalzo por estas playas blancas, pasaba horas mirando el sol desplomarse en el piélago traslúcido y salado que une a México con Cuba, donde también tenía una casa esperando su visita ocasional.
Paco, el hijo de Lucía, buscaba el silencio donde sólo la música y la risa de sus amores tenía cabida, corría en la playa con su niña y su niño como si la vida fuera un juego. Era un hombre de mar e iba por aquí y por allá buscando paraísos perdidos donde la música navegara entre los seres buscando cositas buenas.
Este discípulo de Niño Ricardo y de Sabicas, querido y respetado por músicos de jazz, blues, rock y salsa, por su original estilo, obtuvo, entre otros muchos reconocimientos un Grammy al mejor álbum flamenco 2004; el Premio Nacional de Guitarra de Arte Flamenco; la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes 1992. Y Eric Clapton lo llamó “el titán de la guitarra flamenca”.
A lo largo de su vida Paco de Lucía colaboró con cientos de artistas, desde maestros españoles como Camarón de la Isla y Tomatito, hasta grandes estrellas brasileñas, mexicanas y norteamericanas del Jazz y del rock, como Carlos Santana, Larry Coryell, Al Di Meola, Chick Corea, John McLaughlin y Oscar de León entre otros muchos. Sabemos que revolucionó la música flamenca, transformó la forma de tocar la guitarra fusionando el flamenco y el jazz proponiendo estilos propios de una corriente nueva, más rica siempre. Él movió su guitarra creando acordes y melodías previamente imposibles en el flamenco tradicional, integró luego a su música el cajón peruano y el bajo eléctrico. Los grandes percusionistas del mundo han dicho que es el maestro latino de la guitarra del Siglo XX.
A este compadre, amigo, a Paco el marinero, el iconoclasta, está dedicado el Oasis Jazz U Festival 2014. Sus amigos, sus colegas, los grandes de la música le homenajearán frente al mar que lo vio crear, gozar, brindar y reinventarse… el mar frente al cuál se despidió del mundo. Sus vecinos, amistades y admiradores celebramos su vida, su música, su amistad el 23 y 24 de mayo de este año en el Hotel Grand Oasis Cancún.